En el proceso de transformación social que vivimos, el coaching, mucho más que una disciplina en auge aparece como una necesidad para hacer las cosas mejor, para la excelencia personal y social. La actual coyuntura nos demanda mayor profundidad y velocidad en la implementación de cambios lo que, generalmente, requiere de estímulos de aceleración que nos evite perder las oportunidades de permanecer y crecer.
La formación en coaching permite adquirir aquellas competencias y habilidades técnicas específicas mediante las cuales el coach (entrenador) ayuda al coachee (persona implicada en dicho proceso) a desarrollar su potencial mediante un método sistemático y estructurado. Este método se basa en el diálogo entre coach y coachee, y su objetivo final es alcanzar una mejora de las capacidades socio personales del coachee usando los recursos y habilidades que él mismo posee, pero que no han sido suficientemente potenciados.
Actualmente de entre las diferentes aplicaciones de la metodologia y herramientas del coaching destaca su uso para la consecución de objetivos personales en materia de desarrollo profesional y laboral, tanto en los procesos de búqueda de empleo como en la transicición o elección de carrera profesional. El proposito del coaching para el desarrollo laboral y profesional es el de acompañar a las personas en sus propios itinerarios de inserción o desarrollo profesional o laboral de forma que supongan mayor eficacia y satisfacción en el mismo.